domingo, 9 de marzo de 2014

Alcohol y menores: ¿nos emborrachamos de datos y se nos nubla la vista?

Ya volvemos a tener nuevos datos de la encuesta ESTUDES, aunque de nuevo tengamos que contentarnos con un powerpoint.

Más allá de las cifras, creo que la encuesta viene a ratificar una vez más la inmersión del consumo de alcohol en los hábitos de ocio nocturno de los y las adolescentes. Este es un fenómeno que arranca en los ochenta/noventa y, a día de hoy, sigue bien pujante. Ha ido pasando por delante de nuestras narices y sólo se ha decidido actuar ahora que se trata de algo bien asentado.


Pero, quizá, uno de los aspectos más relevantes que nos muestra la encuesta es que una parte de los y las adolescentes que se inician en el consumo de alcohol lo hacen ya de manera intensiva. Y lo hacen aprendiendo en su grupo de iguales. Por eso, hay que reivindicar otra educación en el alcohol basada en la moderación (de hecho, beben más de lo que se necesita para experimentar los placeres que buscan) que contrarreste la norma de consumo de mayor riesgo.

Y, en esa educación en el alcohol, la familia debería también tomar parte, incorporando en su agenda (esos temas de los que hay que hablar con los hijos y las hijas) el hablar de alcohol, de cómo se bebe (y cómo no), de cuánto se bebe (y cuánto no ha de beberse) y de qué hacer cuando algo sale mal. Por cierto, son demasiados los mitos que circulan sobre cómo actuar ante una intoxicación etílica. Padres y madres de los y las adolescentes de hoy ya crecieron con ese modelo de beber alcohol y pueden ver innecesario incluir este tema en esa agenda. Pero que ellos pasaran con éxito por esa etapa no predice que sus hijos e hijas también lo vayan a hacer. De ahí que sea necesario el que lo aborden con naturalidad en casa cuando sea oportuno.

Y bien haríamos en abandonar el discurso de que banalizan los riesgos. No hace más que mostrar que no acabamos de entenderles. No acabamos de entender que cuando beben colocan en una balanza tanto los placeres inmediatos que obtienen como los problemas potenciales que pueden sufrir. Y ahí, los primeros ganan por goleada. Por lo tanto, una educación que les sirva para gestionar esos placeres pero que también incluya algunos aspectos de precaución o protección, seguramente estará más cercana a sus propias necesidades y deseos.

Y, claro está. No vamos a negarlo. La noche es la noche. Es una oferta de ocio muy tentadora, repleta de placeres. Pero, para algunas personas, puede convertirse en un auténtico territorio comanche que, no gestionado bien, puede acabar causándoles problemas. Por eso, este tema también debe formar parte de la agenda familiar y no "soltarlos" sin más a que salgan por las noches. Ese va a ser su territorio durante muchos años. De hecho, ahí también van a seguir creciendo como personas. Por eso, cuantas más herramientas tengan, mejor provecho le sacarán. 

Hace poco me preguntaban por el efecto de la crisis en los consumos adolescentes de alcohol. No tengo información suficiente como para hacer una valoración pero si creo que una cierta crisis (por llamarla de alguna manera) empezó mucho antes para las y los adolescentes. Han sido muchos años haciéndoles creer que eran la generación más cualificada en un mundo de oportunidades. Y ese sueño ha dejado paso a una incertidumbre que se hace más llevadera aferrándose al presente. Diremos de ellas y ellos que han perdido los valores, que están desmotivados y sin perspectiva de futuro. Pero debemos tener presente que nuestras y nuestros adolescentes viven lo que les hemos dejado en herencia (oh no, mierda, ¿he dicho "herencia recibida"?) y nos corresponde a los adultos el prepararlos para los retos que tienen por delante. Tenemos que ser conscientes de que les hemos preparado un mundo en el que todo se consume y en el que el exceso es valorado positivamente. Cuando se exceden en algo que les puede acarrear algún problema (por ejemplo, en el consumo de alcohol) simplemente nos limitamos a decir que banalizan los riesgos. Así somos a veces los adultos.

Pero, para terminar, vuelvo de nuevo a la encuesta para volver a reivindicar un poco más de información cada vez que se publique una. Un powerpoint es poco operativo para las y los que trabajamos en este campo. Quizá para la rueda de prensa vaya muy bien, pero para tenerlo colgado en la página web y que sea referencia para las y los profesionales, la verdad, no sirve de mucho.

2 comentarios:

NACHO dijo...

con orfetas de botellonas y súper fiestas de primaveras, por parte de los distintos consistorios y la faltas de otras alternativas es muy difícil educar en la moderación. Es muy importante la familia pero también los es la sociedad en la que vive la juventud.

DDAA dijo...

Yo destacaría el catastrofismo de la canalla mediática. He sido incapaz de encontrar más de un titular que destaque alguno de los muchos datos positivos de la encuesta, aparte de este

Los estudiantes fuman la mitad de cigarrillos que hace una década. Deia. Noticias de Bizkaia..

Copiopego el comentario que he dejado en la Razón

No es de recibo que se dé más importancia al aumento del consumo esporádico de alcohol (anual o mensual) que a la disminución de las borracheras mensuales en un cinco porciento, y el sonsonete de "no debemos bajar la guardia" me parece una excusa pueril para el alarmismo de piloto automático que acompaña siempre a estos informes. La edad de inicio al alcohol en adolescentes es hoy cuatro décimas superior que en 1994, y el consumo per cápita de esta droga en España está en torno a los 11,4 litros/año, muy lejos de los 19,5 litros/año de 1975. Que aumente la percepción del riesgo del tabaco, la droga que más mata, engancha y enferma (mucho más que todas las demás drogas juntas,alcohol incluído) y que se mantenga la tendencia descendente en su consumo es un buen dato, como también cabe alegrarse de que, a largo plazo, muchos menos adolescentes fumen (cannabis o tabaco) y esnifen cocaína que hace 10 años. Asimismo hay que recordar que, por cada cuatro consumidores de 18 años hay uno de 14, que la gente se suele quedar con esta última edad. En fin, que los resultados de esta encuesta son mucho más positivos que negativos, por increíble que parezca